jueves, 21 de marzo de 2013

Intento de fuga

El siguiente es un texto con los mismos personajes que aparecen en "Pesadilla", que puede leerse aquí. Está fechado el 12/02/11. Respecto al orden cronológico de la historia, éste sería anterior a "Pesadilla".



Intento de fuga

Era la tercera vez que intentaba escapar de allí, y había logrado llegar mucho más lejos que en los anteriores intentos. Me había esforzado por ser listo, harto de que me repitiera, una y otra vez, lo idiota que era, con su estúpida sonrisa de autosuficiencia, mientras yo sufría mi castigo. Todavía no han acabado de cicatrizar las heridas de mi espalda de la última vez. Pero ya no volverá a atraparme. Durante el día suele encerrarse en su biblioteca, y no reclama a ninguno de sus criados, y, como castigo a mis intentos de fuga, me había relegado a faenas tediosas que me mantenían aislado la mayor parte de la jornada.

Entre las copas de los árboles puedo ver como el cielo se va tiñendo con los colores del atardecer. Ahora llega lo peor. En poco rato comprobará cómo he aprovechado la oportunidad que me ha dado, encargándose de que nadie se preocupara de mí desde el amanecer hasta el anochecer. Dándome todas estas horas de margen. Pensar eso me hacía plantearme si ése no era su propósito, para él era mejor que me escapara que tener que echarme, pudiendo volver a capturarme y castigarme. No iba a quedarse sin hacer nada. Pero, si lograba sobrevivir esa noche, sin que me atraparan, sería libre.

La luna ya domina en el cielo, y me estoy muriendo de frío. Podría haberme acercado al pueblo en vez de adentrarme en el bosque, pero prefiero morir congelado al castigo que seguramente tiene pensado para mí. Mi refugio para esta noche es un simple agujero en el tronco de un viejo árbol que partió un rayo. Estoy temblando de frío, y de miedo. Me abrazo más fuertemente a mis piernas. Me siento como si él estuviera allí fuera, esperando, pacientemente, a que me rinda y salga. Dejaré pasar las horas mientras intento descansar. Mañana por la mañana tendré que continuar huyendo.

Los primeros rayos del sol irritan mis ojos, mientras sigo en el agujero del árbol. Las heridas de la espalda me duelen, incluso más que ayer, pero no puedo quedarme aquí más tiempo. He tenido suerte, o quizás, no le sirvo para nada. Salgo del agujero con dificultad, las piernas me duelen de haber estado tantas horas con las rodillas dobladas, e intenté alejarme de allí. Tengo hambre y sed, y por suerte encuentro un pequeño lago un rato después. Y mientras bebo de ese agua me veo reflejado, y mi reflejo me devuelve una mirada enferma.

Me puse en pie, y volví a correr, intentando obviar todos los calambres que me dan en las piernas, y el ardor de mis heridas con el sudor. Tenía que darme prisa, si quería llegar a tiempo, quizás no habían notado mi ausencia. Pero, ni siquiera sé donde estoy, y no recuerdo nada del camino que hice ayer.

Llego justo antes de la cena. Nadie parece haberse percatado de mi ausencia, y me refugio en el establo, hasta que levanto la mirada, y le veo sonriéndome.