Vuelvo al blog después de la promesa incumplida, de junio, de
retomarlo, y vuelvo después de incluso plantearme dejarlo en el pasado y empezar
otro.
¿Por qué he vuelto?
Quizás porque una parte de mi nunca quiso dejarlo atrás, por
eso he seguido escribiendo, pese a todo, pese a las frustraciones, y el pensar,
desde hace tres años, que este es el año que acabo una novela, iniciada en el
2005, y que en el 2016 tampoco la acabaré.
Escribo esto a las puertas del inicio del Nanowrimo, el reto ya
internacional de escribir una novela corta, de 50.000 palabras, en noviembre, en
un solo mes. Si llevo diez años con una novela, como puedo pensar que escribiré
otra en un mes. Ese es el reto.